sábado, junio 20, 2009

El progreso a la española




Creíamos habernos resignado a las consecuencias del ladrillazo: la destrucción de parajes privilegiados, la debacle económica que siguió a la especulación, la pérdida de valores frente al dinero fácil. Pero he aquí que, para colmo, muchas de las casas que se han construido estos últimos años y que aún llevará un buen tiempo amortizar y ocupar resulta que están MAL HECHAS. Sí, su aspecto es agradable e inteligente también la distribución de los espacios pero luego una la habita y cae en la cuenta de que parece edificada con materiales de todo a cien. El desague del baño de arriba parece que nos va a caer en la cabeza, mientras que del otro lado nos llegan las voces de los vecinos; el suelo está visiblemente inclinado pese a que la casa se construyó hace sólo tres años; al meter la llave en el buzón se te rompe y la punta se te queda en la cerradura; golpeas la pared y parece de cartón mientras tienes la impresión de que tu vecina se está duchando en el armario de tu dormitorio. Entonces comprendes: si la propia espiral de precios garantizaba a los constructores pingues beneficios para qué invertir en materiales y en la propia edificación. !Hombre!, alguno habrá que lo haya hecho. En todos lados -y España no es una excepción- hay algún idiota.

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