martes, julio 31, 2012

Estrella distante

Es importante elegir el libro adecuado a la hora de abordar por vez primera la obra de un autor. La perspectiva del lector puede variar mucho según sea uno u otro, hasta el punto incluso de desaconsejar una segunda oportunidad. Se trata de un aspecto a menudo obviado por la crítica especializada, esa que tanto especula acerca de la fragilidad de los hábitos lectores en nuestro país. Por ello agradecí mucho cuando un crítico –cuyo nombre he olvidado, no así su consejo- señaló Estrella distante como una obra indicada para acercarse al universo del escritor chileno Roberto Bolaño. Y es que sus obras más reconocidas: Los detectives salvajes o 2066, constituyen auténticos tochos, de ahí que se agradezca la posibilidad de foguearse antes de decidirse con ellas y el que alguien te indique la mejor manera de hacerlo.

Estrella distante es en realidad un esqueje procedente de otra novela. Alguien decidió que lo que en aquella era un simple episodio requería una obra propia. Se trata, por tanto, de una pieza que forma parte de un engranaje más amplio, lo que transmite la impresión de hallarnos ante un puzzle. La narración, abigarrada, exhaustiva, repleta de hechos y de personajes, de saltos en el tiempo, de digresiones, produce a su vez el efecto de una tela de araña. Bolaño elabora su discurso en forma de sólidos bloques de texto que absorben los diálogos, dando lugar a un torrente de palabras febril, imperioso, que transmite inmediatez y apenas deja margen para recuperar la respiración.

Ante semejante despliegue no resulta fácil acotar el tema central de la novela ya que consta de numerosas capas superpuestas: una metáfora del golpe de Estado en Chile y de sus consecuencias –sería quizás la más obvia-, una reflexión sobre el exilio, sobre la diáspora, sobre la memoria, una historia que enlaza elementos autobiográficos y fantásticos y que contribuye a arrojar algo de luz sobre un determinado lugar y una época, una historia sobre literatura y poesía –la poesía como un destino arriesgado, trágico, en absoluto banal-. Pero ante todo, Estrella distante es un estudio sobre el mal, ése que permanecía infiltrado en todos los ámbitos de la sociedad chilena aguardando el momento de implosionar, encarnado en la figura de un sicópata, de un ángel de la muerte, y de su relación con el arte. Un espíritu libre en clave oscura que lo tuvo todo para triunfar pero que no supo, o no quiso, medir las consecuencias de sus actos.

La impresión es la de hallarnos ante una obra a escala que contiene, de forma concentrada, los ingredientes fundamentales que conforman el universo de Roberto Bolaño. Una magnífica piedra de toque, por tanto, antes de decidirse, quizás, a escalar cumbres más ambiciosas.

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