sábado, diciembre 29, 2012

The Brotherhood Of the Grape / La hermandad de la uva

La unidad familiar, con sus numerosas variantes y ramificaciones, ha sido tradicionalmente uno de los grandes sujetos narrativos. Por ello, The Brotherhood Of the Grape no aporta un solo grano de originalidad desde el punto de vista temático. Si bien John Fante pone especial acento en las relaciones paterno-filiales.

El padre que se alza ante nosotros a través de la pluma del escritor norteamericano es un ser tirano, infiel, egoísta, insensible, abusón, despilfarrador, pero fiel, eso sí, a sus amigos y a su trabajo como albañil/masonry. Esa clase de padre despótico cuyo carácter abrasivo obliga en todo momento al resto de miembros de la familia a posicionarse ante él.

La madre, en contraste, se erige como una figura abnegada, sacrificada, entregada a la cocina y a la iglesia con el mismo fervor que su marido lo hace al vino, a las mujeres, amén de al trabajo y a los amigos.

La acción transcurre en Saint Elmo, una pequeña localidad californiana olvidada, moribunda, poblada en buena medida por los descendientes de lo que en su día fue una floreciente comunidad italiana, a la que pertenece la familia del autor.

La historia es narrada en primera persona por el hijo que parece haber salido mejor parado –es escritor y reside con su propia familia en una casa frente a la costa- a raíz de una forzada visita a la casa familiar, valiéndose para ello de un estilo fresco, directo, desplegado en breves y ágiles capítulos que se suceden con una continuidad temporal salpicada de reminiscencias.

Pero la columna sobre la que se apoya el relato es siempre la figura de ese padre prepotente y maltratador sin el cual, sin embargo, al resto de miembros de la familia la vida parece resultarles inconcebible. Un ser insoportable al que en últimas instancia no queda más remedio que tolerar, que tratar de comprender, en la medida en que será en él en quien en último extremo, le guste o no, acabe por reconocerse su propio hijo.


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